viernes, 3 de junio de 2011

Ocho.



Sumida en lo mas profundo de mi escondite, pensando en aquel momento, en aquella segunda cita, con el. Fue fantástica, espectacular.
Vino a buscarme en su moto, a mi no me hacia mucha gracia tener que subir a aquel armatroste. Pero nada mas abrir la puerta de mi casa, verle ahí. En la moto, con el casco, una chupa de cuero. Casi me derrito! Estaba hermoso. Me sorío y me tendió un casco negro con decorados abstarctos dorados. Era precioso, y me entraba a la percepción. Me coloqué bien el bolso y subí a la moto. Era bastante alta. Entramos en carretera y luego me llevó por un camino, levantávamos mucho polvo. Mientras la moto corría yo me preguntaba a donde me llevaba. Me dijo que nada de tacones ni faldas. Que me pusiera ropa comoda. Asi que me decidi por unas converse marrones, unos shorts blancos y una simple camiseta a rayas blanca y marrón. Nada del otro mundo.
Nos adentramos en un denso bosque. El sol se filtraba entre los árboles, formando en el suelo diferectes círculos de luz. Grandes, pequeños, medianos. Era espléndido verlo. Fuimos aminorando la velocidad. Hasta que paró del todo. Me baje de la moto contemplando a mi alrdededor.
- Que te parece ? - me preguntó curioso.
- Me parece maravilloso. Es precioso. - contesté absorbiendo por la nariz aquel aroma verde. Los pajaros cantaban y volaban de arbol en arbol.
- Aún no has visto lo mejor. - me tendió una mano y comenzó a adentrarse entre los helechos.

Caminabamos por una pequeña senda. Que pronto acabó y emprendimos la caminata a traves de la maleza. Me raspé con unas zarzas. Pero no comenté nada ya que no se dio cuenta. Las plantas estaban mas apartadas, cuanto mas andabamos mas camino se iba formando. Hasta que llegamos a otra pequeña senda que seguí sin dificultad.
- Cierra los ojos - me dijo. Yo me quedé mirandolo intentando descifrar el porqué de tener que cerrar mis ojos en medio de un bosque y poder tropezarme con cualquier raiz de cualquier arbol. Me rendí y los cerré.
Ma agarro con mas fuerza para que no tropezara y me cayera. Andamos unos pocos pasos y entonces me dijo.
- Ábrelos.

Los abrí. No me lo podia creer. Era el segundo lugar mas maravilloso que había visto (mi escondite es el primero). Había un pequeño lago. O estanque. Lo que sea. Decorado por la naturaleza con flores silvestres, helechos y arboles hermosos, con un tronco descomunal. Tendrian al menos 200 años! Eran elegantes con una copa impresionante preñada de ojas. La mayoria verdes. En el agua se filtraban rayos de sol haciéndola centellear, como si tuviera purpurina. Y habia una gran roca, en la que la seguian otras dos rocas de tamaños pequeños consecutivos. Como formando una escalera para poder subirse a la gran roca en la que de una de las ramas mas fuertes del árbol mas cercano a la roca, caía una especie de liana. Bueno en realidad era una simple cuerda, pero era estupendo echarle imaginación.
Súbitamente observe que el se quitaba la camiseta y se disponía a subir a la roca pequeña, para seguidamente subirse a la mediana y al final a la grande. Se sujeto bien a la liana y dio unos pasos hacia atrás, corrió hacia delante para darse fuerza y salio junto con la liana y se soltó cayendose al agua.
Salió del agua me miro, sonrió y me hizo señal de que hiciera lo mismo. Lo mire a el, mire la roca y la liana. Me quede dubitativa, pero el sonrio aun más y me dispuse a seguir sus pasos.
Cai al lado de el me estrecho entre sus brazos ayudandome a mantenerme a flote.
- Te ha gustado? - me dijo acercando su cara a la mia.
- Me ha encantado - le conteste casi en susurros.
Se acerco mas para besarme, pero me deshice de sus brazos y corrí divertida para volver a lanzarme.


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